Gol bajo la lluvia
Durante una final del torneo “permanente” disputada en la cancha “Casa Hogar”, la lluvia intensa acompañó cada jugada de un encuentro reñido entre los Potros Simón Bolívar y los Leones Negros. La tensión crecía con el empate en el marcador. El público resistía el clima con la esperanza de ganar.
Julio Carmona Lagunes ya había marcado un gol, pero sabía que no bastaba. El balón caía pesado por el agua y el campo se volvía un desafío constante para ambos equipos. En ese ambiente de nervios y determinación, cada pase cobraba una importancia decisiva.
En medio del juego, un despeje del portero rival cambió la historia. El balón descendía cuando Iker Peña gritó: “No le pegues, no le pegues, porque la pelota baja”. Sin embargo, Julio decidió hacerlo. La pelota cruzó el arco y selló el triunfo bajo el asombro general.
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Al voltear hacia las gradas, observó a sus padres celebrar emocionados. En su camiseta llevaba escrito un mensaje que decía “los amo papás”, recordatorio del motivo que lo impulsaba. Ese día no solo levantó el trofeo, también el orgullo de haber anotado 36 goles en el torneo, con tan solo 10 años.
El campeonato quedó en la memoria colectiva del equipo. La lluvia, el esfuerzo y aquel disparo espontáneo se transformaron en símbolo de perseverancia y amor familiar, un momento imborrable en la historia de los Potros Simón Bolívar.




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